ME GUSTAN LOS MAESTROS...
Que escriben con claridad en la
pizarra, que lo reconocen cuando
cometen un error,
que leen nuestros relatos con
muchísimas
voces diferentes,
que no se inmutan cuando desafinas
mientras disfrutes
del canto, que sonrien mucho,
que prefieren ser vulgares a
autoritarios y avasalladores,
que suelen decir frases como:
"Y ahora, por favor, muchísimo
silencio", o
"Solo quieo oír los bolígrafos".
Me gustan los maestros que advierten
cuándo no entiendo algo.
Y explican con claridad.
Y reparan en que levanto la mano.
Y escuchan con atención
mis problemas.
Y me conceden la vez para
alimentar al hámster.
Y sonrien cuando me he esforzado.
Y aplauden y gritan cuando termina
nuestra representación.
Y dicen cosas interesantes y nos
encargan tareas interesantes.
Me gustan los maestros a quienes no
les importa repetir sus explicaciones.
Una y otra vez.
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